Lo que no digo
—lo que trato de ahogar cuando pregunto qué,
viejo truco de periodista nueva—
es
que
mientras me tiras de la carne
mientras el mundo y tú y la prisa y mi cuerpo
y no por ese orden
me llamáis
yo aún miro la roca
ya sin nieve
que —una broma macabra de la yo que era yo cuando escribía
se me descubre lápida y no piedra rosetta.
No sé en qué idioma hablo
y todas las palabras siguen sonando a duelo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario