jueves, 12 de mayo de 2011

"No hay nada que los dioses soporten tan mal como la palabra...



... Quizás porque los dioses no saben hablar.
Matan al hombre por una palabra o le transforman para arrebatársela. Lo paralizan en árbol o en roca; definitivos, sin historia. La palabra permite vivir más allá del tiempo, la palabra amenaza la eternidad de los dioses. Son unos brutos sin apenas cerebro, han aprendido el suficiente lenguaje terrestre como para comprender la blasfemia, el desafío, el grito de libertad, pero no saben responder. Los dioses no responden nunca a nuestras palabras con otras palabras. Si escuchan un rezo y lo consideran digno, hacen un milagro, es todo lo que saben hacer. En cuanto a los sentimientos, pueden sentir vanidad, despecho, furia, rencor, que se convierten inmediatamente en demostraciones de fuerza. No sienten piedad o comprensión, no hasta el punto de responder con una palabra que reconforte o que ayude. Dios es un tipo tan grosero que no ha accedido aún al orden de lo simbólico."


Bernard Blanc, Las metamorfosis de Ovidio