domingo, 21 de noviembre de 2010



Habito la huella

que tu cuerpo ha dejado en la nieve.

Quebrado el velo

el cristal se deshace cielo abajo

el gigante nos mira

mis manos en la ausencia de tus manos

mi calor que imita tu calor

el pulso doble y uno

el hielo reposado en la garganta.

Caerá el grito

el cisne cruzará la estepa

y nada quedará sobre la nieve.

Solo la huella -una-

del cuerpo en el invierno.




4 comentarios:

Anónimo dijo...

un placer leer estos versos

Clara dijo...

Un placer que sean leídos, de verdad.

concha dijo...

Te leemos en pandilla, en Badajoz, en el sofá, entendiendo nada (Toto dixit), pero disfrutando de este poema en particular. Cuando vengo a esta casa y veo el seguimiento de tus admiradoras pacenses me pregunto qué estoy haciendo de mi tiempo.Kiko

concha dijo...

hola soy mum. que chulo el poema! quien pudiera ser ruth y encontrar mi huella en la arena o en la nieve o en las hojas del otoño o en el cuerpo del otro. unica, no compartida.yo en el otro